No más lágrimas para llorar


Yo,
dancé entre la onomatopeya del tiempo,
arrojando puñales a las sienes del olvido
escondida de los sentidos de la vida.

La vista desde la esquirla del ojo izquierdo, no es simétrica

Tu,
alimentabas el vacío eterno,
tejías las redes que me oprimían
reciclabas las gotas de mi mirada.

Tu presencia por encima de mi hombro, fusiona las sales.

El,
desenfrenó el caudal de tus ojos,
no tomó ni un segundo,
las perlas esquivas se quebraron en el suelo

Paciencia, es lo único que murmuro. Paciencia es lo único que no tengo.
¿Y las lágrimas?

Recorren el universo de tus mejillas,
se entierran en los pliegues de tu boca
llegan al clímax de tu almohada…
¿Todo por el?

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